Montañas

-Pues has de saber que si me pongo a bailar esta noche muchos hombres se acercarán a mi para bailar conmigo-
Le insinué divertida con una sonrisa.
-Te recuerdo que soy tremendamente irresistible-

- Se como eres.
Le dije y le sonrei. La bese.
- Pues sabes, bailare con tigo, y al que se acerque, lo mato.

Rei y acaricié su pecho.
-¿Lo matarás? ¿ y qué pasará cuando se te acerquen las chicas a ti?- pregunté mirándolo

La mire.
- Pues eso es cosa tuya.
Le dije y la bese.
- Yo no les are caso.

-¿por si ocurre otra cosa mientras tonteas con alguna?- pregunté pícara.

La mire y rei.
- No pasara nada entre ellas y yo.
Le dije y me hacerque a ella, la bese.

Pegué de nuevo nuestros cuerpos. Casi estaba anocheciendo.
-Parece que la hora de la verdad se acerca...-sonreí mirándolo.

Rei y la mire.
- Si, eso parece.
Le sonrei y la bese.

Le devolví el beso y me separé de su cuerpo.
-¿vamos a prepararnos?-

- Vamos.
Le sonrei ampliamente.

Me levanté y nos dirigimos a nuestro cuarto